Mas de una vez la gente se pregunta por qué viven donde viven. En un embotellamiento arriba del auto, debe ser la situación más común donde surge esta incógnita, o tal vez sea en la cola del banco.

La pandemia nos ha hecho ver como si fuese con una radiografía, las problemáticas que vivimos a diario en la ciudad, y como se potencian cuando uno tiene que vivir puertas adentro.

Nos ha enseñado, que a los departamentos en la ciudad le hacen falta espacios exteriores, conexión con la naturaleza, la posibilidad de tener un lugar de movilizar el cuerpo o hacer algo de deporte al aire libre.

Esta situación hizo que muchas familias empiecen a preguntarse. por qué vivimos donde vivimos. Por qué hay que escaparse al verde y vivir en la ciudad, y no vivir en el verde y hacerse una escapada a la ciudad? Esta creo que es una de las preguntas que atraviesan a muchas familias hoy en día, que están intentando vender su propiedad en la ciudad, para poder construirse con ese capital una casa en el verde.

La vida en la naturaleza sin duda nos aporta otros aires, otra calidad de vida, paz mental, y empieza a alinearnos con el sentido de pertenencia hacia nuestro planeta que cada día necesita que nos involucremos un poco más, ya sea sumando vegetación, generando nuestra propia huerta, contaminando menos, etc.

Volviendo a la pregunta que da título a este articulo, muchas veces encontramos que nos sentimos mucho mas a gusto cuando visitamos a algún amigo o pariente que tienen una casa en el verde, y volvemos a nuestra casa. Y si bien es nuestro hogar y lo adaptamos de tal forma para que nos haga sentir cómodos en él, hay algo en el fondo que nos hace ruido. Nos damos cuenta que vivimos en la ciudad en general, porque “nos tocó” y no porque lo hayamos elegido.

Cuántas veces estás desde la comodidad de tu sillón, mirando una peli en tu casa, y ves una escena con una casa hermosa en el medio de la naturaleza y pensás: ¡Qué lindo sería tener una casa ahí! No es ingenuo ese deseo, creo que la mayoría de las veces pensamos que esa vida es inaccesible e inalcanzable, por falta de pensarlo estratégicamente y proyectarlo, pero por sobre todas las cosas es una cuestión de decidir dónde queremos pasar la mayor parte del tiempo, en el caos? o escuchando pajaritos? 

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